lunes, enero 21, 2008

Un poco de anarquía

Un escritor de Ciencia Ficción muy querido por el liberalismo nos regala esta cita:

-Profesor, ¿cuáles son sus creencias políticas?
-Soy un anarquista racional.
-No conozco esa categoría. Anarquista individualista, anarquista comunista, anarquista cristiano, anarquista filosófico, sindicalista, libertario... todas esas las conozco. ¿Qué es anarquista racional?
-Es el que cree que conceptos tales como «estado», «sociedad» y «gobierno» no tienen existencia salvo como ejemplarización física en los actos de individuos autorresponsables. Cree que es imposible compartir el pecado, atribuir responsabilidades, ya que el pecado y la responsabilidad se producen en el interior de los seres humanos individualizados y en ninguna otra parte. Pero, siendo racional, sabe que no todos los individuos se atienen a sus principios, de modo que trata de vivir perfectamente en un mundo imperfecto... convencido de que su esfuerzo no será perfecto, pero sin dejarse desalentar por ese convencimiento.
-Profesor-dijo Wyoh-, sus palabras suenan bien pero hay algo resbaladizo en ellas. Demasiado poder en manos de individuos... Seguramente que a usted no le gustaría que las bombas H, por ejemplo, fueran controladas por una persona irresponsable.
-Yo creo que una persona es responsable. Siempre. Si existen las bombas H (y sabemos que existen), algún hombre las controla. En términos de moral, no existe lo que se llama «estado». Sólo hombres. Individuos. Cada uno de ellos responsable de sus propios actos.
-¿Alguien necesita otro trago?-pregunté.
Nada acaba más aprisa con el alcohol que una discusión política. Encargué otra botella.
..."

"...
-Profesor, no acabo de entenderle. No insisto en que lo llame usted «gobierno»: lo único que quiero es que exponga qué normas cree necesarias para asegurar una libertad igual para todos.
-Querida señorita, acepto alegremente sus normas.
-¡Pero usted no parece desear ninguna norma!
-Es cierto. Pero aceptaré cualquier norma que usted considere necesaria para su libertad. Yo soy libre, al margen de las normas que me rodean. Si las encuentro soportables, las soporto; si me parecen detestables, las quebranto. Soy libre porque sé que sólo yo soy moralmente responsable de todo lo que haga.
—¿No respetaría usted una ley que la mayoría considerase necesaria?
—Dígame de qué ley se trata, querida, y le diré si la obedeceré.
..."

Robert A. Heinlein "LA LUNA ES UNA CRUEL AMANTE" (1966)

Es curiosa la evolución de las ideas de este escritor. Otro día hablaré sobre Starship Troopers, y el concepto de ciudadanía. Hoy me quiero centrar en la idea de una cultura sin leyes, sin gobierno, en la que cada uno es responsable de sus actos ante sí y ante los suyos. Supongo que debería ser el ideal de todo liberal... si consiguieramos que todos lo fueran.

En un intercambio de correo con Albert Esplugas, le comentaba los problemas que veía para poder realizar una transición desde el sistema actual a uno anarcoliberal, empezando por el modelo educativo y la cultura de la subvención en la que vivimos. Robert Heinlein plantea en esta novela una sociedad aparentemente sin leyes, sin gobierno, en la que los jueces son elegidos en el momento por las partes implicadas... una sociedad en la que, en fin, cada uno es responsable de sus actos y papá estado (la tierra) no es sino un sistema opresor a quien burlar y torear

Es una lectura muy recomendable. Sobre todo la moraleja final: "There Ain't No Such Thing As A Free Lunch"

O traducido libremente: Nadie regala nada

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